Compartir los mejores momentos

La mayor parte de los papás trabaja todo el día y tiene poco tiempo para compartir con sus hijos. Les proponemos aquí algunas actividades que no les demandarán mucho tiempo pero que reforzarán sustancialmente el vínculo con sus niños.

• Durante los primeros meses de vida
Aunque todavía hay muchos padres a los que les cuesta involucrarse con sus hijos cuando son bebés, es muy importante que se animen a hablarles, jugar con ellos, alimentarlos o cambiarles los pañales. Esto les proporciona a los niños una estimulación extra y, con ello, los ayudan a distinguir diferentes sonidos, caras y tactos a una edad más temprana, los hacen más receptivos a los cambios y menos temerosos de las experiencias nuevas.

Además, los benefician con los matices en que se diferencia la actuación del padre con la de la madre. Por lo general, los padres, les hablan con un tono más adulto y practican juegos de tipo físico (forcejeos, levantarlos en alto, balanceos). Esa modalidad les produce a los pequeños emoción, estímulo para vencer los temores y tiene una influencia positiva en la competencia y en la solución de problemas. Cuando el padre se implica desde el primer momento con su hijo, establece un vínculo que permanecerá para siempre.

• Rutinas
Hay una serie de rutinas que resultan muy beneficiosas para el niño si el padre asume su responsabilidad algunos días a la semana. Por ejemplo, vestir al pequeño. Seguramente el padre lo hará en un orden distinto a la madre y elegirá otra ropa. Esto favorece el reconocimiento del niño de que las personas tienen estilos diferentes para hacer las cosas y podrá, en el futuro, aceptar a los demás tal cual son.

Otra actividad que puede convertirse en divertida para ambos y reforzar su complicidad es preparar el desayuno. Una buena idea es pensar en algo que le guste mucho comer a nuestro hijo y convertirlo en el menú exclusivo de papá. El pequeño puede ayudar a prepararlo.

Aunque los papás suelen tener poco tiempo por las mañanas, llevar al niño a la escuela es una excelente forma de compartir un buen momento. Además de conversar con el pequeño les dará una excelente ocasión para hablar con la maestra.

• Días especiales
Reservar medio día del fin de semana y declararlo como el momento con papá. Se pueden seguir las rutinas del día (levantarse, tomar el desayuno o preparar y comer el almuerzo) pero agregándole una actividad divertida para el niño como jugar, ir al parque, a pasear o al teatro. Este se convertirá en un momento único en la semana que el pequeño esperará con felicidad.

Cada tanto, llevarlo al trabajo. Nada le gusta más a un niño que ir a trabajar con papá. De hecho, hay muchas empresas que organizan esta experiencia como un evento institucional.

Si lo vamos a hacer por iniciativa propia, conviene elegir un momento tranquilo para mostrarle el lugar de trabajo y hacerlo sentir importante.

• Responsabilidades conjuntas
Hay actividades que pueden constituirse en una responsabilidad conjunta. Por ejemplo, ir al supermercado. Para ello podemos pedirle a nuestro hijo que vaya armando una lista, consultándole a su madre, de las cosas que hacen falta. No es necesario que sepa leer y escribir. Podemos preparar una pequeña tabla de metal con dibujos sobre imanes de los productos que solemos comprar, para que el niño vaya pegando las que hacen falta y las lleve al supermercado como guía.

Otra tarea conjunta puede ser la de mantener el jardín. Encargarse de regarlo periódicamente, cortar el césped o cuidar las plantas puede ser una actividad muy reconfortante para ambos.

• Imaginación y conocimiento
Una actividad que puede acercar a los papás a sus hijos es el arte. Hoy en día existen una cantidad importante de libros y programas televisivos que nos enseñan a crear a partir de objetos simples. No se trata de ser artistas sino de hacer algo con nuestros niños a partir de lo cual podamos abrir nuestra capacidad expresiva y mostrar nuestro interior.

Una tarea que puede estimular la adquisición de conocimientos desde un nivel práctico son los experimentos. A los niños les encantan y será una forma de que su papá les explique algo que tienen que aprender, pero de forma divertida.

• El papel de los Padres en la Iniciación Deportiva
Son muchos los estudios que han puesto de manifiesto que entrenadores y padres son responsables, en gran medida, de las consecuencias que sobre el desarrollo psicológico y físico tendrá la práctica deportiva de sus deportistas o hijos. De esta forma, padres y entrenadores forman parte del denominado entorno deportivo, jugando un papel fundamental en el desarrollo del niño. Su influencia sobre la percepción de su habilidad está constatada en multitud de estudios. También existen investigaciones que confirman su influencia en las consecuencias emocionales y afectivas de la práctica deportiva. En este contexto es fundamental que los padres tengan presente cuáles son sus funciones más importantes en la iniciación deportiva de sus hijos:

1. Favorecer la participación deportiva de los niños y niñas. Los padres deben favorecer la participación de sus hijos en actividades físicas y deportivas.

2. Ayudar a sus hijos e hijas a que decidan cómo practicar deporte. Los padres son, en la mayoría de los casos, quienes mejor conocen a sus hijos. Por ello deben asesorarlos en la elección del deporte y el grado de implicación.

3. Mostrar interés por las actividades deportivas de los hijos. La comunicación con los hijos, sean deportistas o no, es uno de los pilares básicos de la educación. Saber escuchar y estar disponible cuando los hijos necesitan algún consejo es uno de aspectos cruciales para poder ayudar a un hijo deportista.

4. Asegurarse que los niños practican deporte de una manera saludable.

• Deporte, un vínculo entre padres e hijos
La comunicación entre padres e hijos ha ido decayendo, ya sea por la vida agitada, trabajo, entre otros puntos. Sin embargo una manera para comenzar a reunirnos padres e hijos nuevamente es el hacer deporte todos juntos. Cualquier tiempo libre, fin de semana o vacaciones, se puede aprovechar para realizar deportes en familia, sirviendo como nexo de unión entre padres e hijos, y a su vez, permite crear hábitos saludables. Las actividades deportivas como jugar en un parque, correr por la playa, hacer excursiones en bicicleta, aportan un gran beneficio en la educación. Según los especialistas a los niños pocas cosas pueden gustarles más que practicar ejercicios con sus padres, ya que se sienten apoyados y protegidos por ellos. Y se generan vínculos que pueden mantenerse hasta la adultez. Al compartir una actividad física en familia, todos salen beneficiados. Los padres pueden liberar el estrés del trabajo, además de mantenerse en forma, y los niños, mantienen la mente sana, estimulan su desarrollo físico y reciben afecto, confort y seguridad.

• Siete ideas de actividades físicas y deportivas para Padres e Hijos

1. Zumba: Padres aprenden junto a sus pequeños divertidas coreografías con ritmos latinos que luego pueden practicar también en casa.

2. Yoga: es una actividad que gana cada vez más adeptos entre el público adulto y que en muchos gimnasios se puede ya realizar en compañía de los hijos.

3. Pilates: En este tipo de clases trabajarán el control sobre su cuerpo a través de la concentración en las diferentes partes del cuerpo y les permitirá corregir malos hábitos posturales para evitar futuras lesiones.

4. Natación: Existen clases combinadas de padres e hijos (a partir de los cuatro o cinco años) en las que se refuerza la confianza y se comparten buenos momentos.

5. Patines: Suelen concentrarse los fines de semana en grandes parques. Se trata de una actividad donde la diversión está garantizada y con la que los pequeños trabajarán el equilibrio, la coordinación, así como la motricidad.

6. Rutas en Bicicleta: Enseñar a tus hijos a montar en bicicleta te permitirá compartir grandes momentos al aire libre. En este tipo de actividades, además del ejercicio físico, surgen vivencias, experiencias y anécdotas que refuerzan los lazos familiares.

7. Senderismo y montañismo: Enseña a los niños a conocer y respetar la naturaleza, les divierte, une más a la familia, además de que supone un importante ejercicio aeróbico.

Este tipo de actividades se suman a las posibles aficiones deportivas que los padres puedan transmitir a sus hijos (fútbol, baloncesto, tenis, golf, danza, etc.) y con las que compartir vivencias y buenos momentos saludables.

• Deportes para padres y niños en edad preescolar
El objetivo de los deportes recomendados para niños de preescolar, es decir, de los 3 a los 6 años, es el desarrollo de determinados hábitos mentales y algunas habilidades físicas. Por este motivo, es aconsejable que el niño se aficione a varias actividades en lugar de encasillarse en una sola.

Animar a nuestro hijo a practicar un deporte determinado no quiere decir que renunciemos, en ningún momento, a actividades tan sanas como ir al parque, por ejemplo. Allí, no sólo podrá correr y moverse a su gusto (lo cual también es deporte) sino que además, podrá aprovechar para practicar otros ejercicios como son montar en bicicleta, jugar en los columpios, etc.

Del mismo modo, tampoco debemos renunciar a ejercicios tan sencillos y accesibles como caminar o correr. En el campo o en algún espacio abierto, estas actividades le permitirán desarrollar los músculos de las piernas. Y para animarle a correr, nada mejor que llevar una pelota u organizar carreras. Al principio, evidentemente, tendremos que tener algo de paciencia, pues sus pasos no serán demasiado coordinados.

Para ayudarle a progresar rápidamente trataremos de escoger terrenos lo menos irregulares posible. De este modo, al cabo de un tiempo, no sólo caminará de una forma más rítmica, sino que además, lo hará con mayor soltura.

Pautas para enseñarles a los niñosSentarse a ver un partido de fútbol frente al televisor, ir al estadio a ver un encuentro en vivo, y sobre todo, patear la pelota con uno de los padres puede sembrar la pasión del niño por el fútbol. Pero ese amor por el deporte se desarrolla practicándolo y observándolo en un ambiente libre de presión. Es por eso que los padres deberían tomar en cuenta las siguientes consideraciones:

Apórteles oportunidades y entusiasmo
Sábado o domingo en la mañana puede ser el momento ideal para llevar a los niños a un espacio verde a patear la pelota.

A una temprana edad, el fútbol es diversión, una oportunidad de jugar con amigos o parientes y hacer ejercicio. En ese contexto, el rol del padre es doble: alentarlo a divertirse y a ensayar técnicas nuevas, y aportarle oportunidades a practicar este deporte, ya sea llevando al hijo al parque seguido para practicar con él/ella o inscribiéndolo en una escuela o liga infantil donde el niño pueda practicarlo regularmente.

Apoyarlo en una liga
En el caso de inscribir al niño/a en una liga, el padre debe tener cuidado en no confundir al niño al contradecir las indicaciones del entrenador, aunque esto no significa que el padre no esté disponible para ofrecer consejos o para ayudar al niño a ensayar distintos aspectos del juego.

El rol de los padres de una liga infantil de fútbol es simplemente asistir a los partidos para expresar su apoyo emocional y logístico. Es decir, alentar a los chicos sin caer en críticas hacia los rivales, árbitros o compañeros; transportarlos a los partidos, y llevar refrescos o comestibles.

Accesorios
Además de tener la oportunidad de jugar con compañeros o patear la pelota con los padres, el niño debería poder practicar por su cuenta parar ir mejorando la técnica. Esto podría lograrse de una manera tan simple como patear el balón una y otra vez ante un muro. Otra alternativa se encuentra en las tiendas de deportes, donde venden accesorios como una cuerda con estaca, que harán que la pelota vuelva hacia el niño para ser impactada repetidamente.

• 5 consejos de Futbol para Padres

1. No glorificar a tu hijo: Tu hijo puede jugar muy bien o incluso muy mal. Debes saber que tu hijo está en proceso de aprendizaje y que dependiendo de la edad en la que se halle, tus críticas pueden conducir a un abandono de la práctica deportiva.

2. Respetar al rival: El respeto por el contrario debe ser uno de los pilares del deporte. El efecto será mayor si en vez de ensalzar los defectos del rival, ensalzamos las virtudes de nuestros jugadores.

3. Acatar las decisiones de los árbitros: El árbitro es quien manda en un partido de fútbol, de la misma manera que ocurre en la justicia con el juez; sus decisiones han de ser acatadas. Hay que pensar que los árbitros del fútbol base son aprendices de árbitros y que al igual que cualquier ser humano pueden equivocarse también.

4. Aceptar las decisiones de tu entrenador: El entrenador es la figura máxima de tu equipo dentro del terreno de juego, él es quien decide quien juega y quien se sienta en el banquillo, así que si cambia a tu hijo lo aceptaras sin montar ningún escándalo.

5. Comportamiento ejemplar en la grada: Estar en la grada no solo significa animar a tu equipo, también es respetar a la afición rival (padres, amigos, técnicos, etc. del equipo contrario). Así pues se debe evitar dirigirse de malas maneras al equipo contrario y en la medida de lo posible no replicar a malos gestos de la otra afición para evitar confrontaciones.


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